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Trasciende el
paso del tiempo,
recorre la historia.

Edo, Sengoku, Heian:
Comienza un viaje feroz a través de las épocas para hacer frente a la calamidad conocida como “El Purgatorio”.

EDO

El castillo de Edo fue el centro administrativo del shogunato establecido por Ieyasu Tokugawa, que puso fin a la era de las guerras civiles, y su magnífica presencia demostró la autoridad del Shogun en todo Japón.
Sin embargo, Edo fue repentinamente invadido por el infierno; hordas de yokai descendieron sobre los humanos y la era de paz quedó hecha añicos.

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SENGOKU

La provincia de Totomi (actual prefectura occidental de Shizuoka) era un territorio disputado entre los clanes Tokugawa y Takeda.
Con el apoyo de unos seres sobrenaturales conocidos como “yokai”, el feroz asalto del ejército Takeda obligó al clan Tokugawa a retirarse.
Sobre el castillo de Hamamatsu, la fortaleza de Tokugawa, estaba sentado un yokai colosal que invocó al propio Purgatorio.

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HEIAN

La antigua capital, Kioto, quedó sellada bajo el hielo y la nieve debido al feroz frío generado por el amargo Purgatorio que envolvió al Palacio Imperial.
A pesar de contar con múltiples barreras de protección, los yokai vagaban libremente por los caminos, lo que llevó a los guerreros Kamakura liderados por Yoritomo Minamoto a luchar contra ellos para mantener el orden en Kioto.

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Una tierra de carnicería gobernada por temibles enemigos

EL PURGATORIO
Un dominio lleno de poderosa energía negativa nacida de pensamientos malévolos y dañinos que atormentan a otros. Inflige un sufrimiento continuo a aquellos en su interior y genera una gran cantidad de piedras espirituales. Aislada del mundo exterior, la gente común no puede entrar ni salir, pero los que están presentes cuando se manifiesta el Purgatorio resultan atraídos.
Para purificarlo hay que destruir la punta del Purgatorio, que es la fuente de su energía.